No te anuncies.

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Haz algo más que anunciarte, comunícate con tu audiencia y si no tienes una, comienza a construirla.

El decir cosas sólo por gastar un presupuesto publicitario asignado a tu marca no es de mucha ayuda. Suena obvio, pero haz un ejercicio mental rápido, ¿cuántos de los anuncios que ves por ahí son relevantes para ti? ¿cuánta de la información que mandan las marcas en esos anuncios, a menudo gritones y sin sentido, te resultan de interés? Mejor aún, ¿cuántos de los anuncios que haces para tu marca realmente suman? (sé honesto, sólo a ti te tienes que responder esa pregunta).

Al principio de la era comercial el simple anunciar era suficiente, no se necesitaba estrechar relaciones con las audiencias y los mercados, por ello los “oferteos” y demás tácticas similares eran esenciales; la gente necesitaba saber cuándo había tomates disponibles y cuánto costaba llevar unos a la mesa, la información básica era casi todo lo que se necesitaba para establecer vínculos, si acaso. Hoy, se necesita mucho más que informar, para formar y muchos siguen empecinados en solo mandar información a la gente en los mismos formatos que han usado desde los 70s, increíblemente por mera inercia.

Anunciar cosas y comunicarte con tu audiencia -y crear relaciones confiables con esta- son dos cosas muy diferentes, la segunda, es la más rentable.

CLJ