Cópiese y péguese.

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Vivimos en una era donde la tecnologí­a nos hace más fácil nuestra vida, trabajo e incluso el tiempo libre. Y aunque nos cueste aceptarlo, también nos hace un poco más holgazanes (bueno, en algunos casos, mucho más holgazanes).

Vemos (que no es lo mismo que observamos), copiamos y pegamos cosas, a menudo sin saber su origen ni tener claro el destino de esos pegotes. Copiamos tareas, trabajos, proyectos, ideas, dibujos, imágenes, párrafos, etc. y las pegamos en nuestros muros, álbumes, proyectos y otros etcéteras, pensando que por el simple hecho de haberlas buscado por ahí­ en Google, nos da el legí­timo derecho de sacarle provecho.

Y peor aún (quizás la más triste de toda copia) copiamos actitudes, sueños y aspiraciones de alguien más y las pegamos de manera burda en nuestras vidas.

Al final,  después de tanto Ctrl C+ Ctrl V , nos preguntaremos porque nuestra “individualidad” es tan parecida a la de miles y miles por ahí­, si no es que tan solo sea una amorfa copia.

Y como siempre, esto aplica a personas y a marcas.

Think about it.

CLJ